¡Hola queridas lectoras de "Mujeres en el Arte"!
Hoy nos sumergimos en la fascinante y tumultuosa vida de Zelda Fitzgerald, una figura icónica de la década de 1920 cuya historia refleja tanto el brillo como las sombras de la era del jazz. Acompáñenme a descubrir más sobre esta mujer extraordinaria, cuya vida y obra fueron, en muchos sentidos, un espejo de su tiempo.
Zelda Sayre nació el 24 de julio de 1900 en Montgomery, Alabama, en una familia acomodada. Desde joven, mostró un espíritu rebelde e independiente, destacándose por su belleza y su talento artístico. Su vida cambió drásticamente cuando conoció al joven escritor F. Scott Fitzgerald en un baile en 1918. Scott quedó inmediatamente cautivado por Zelda y, después de una intensa correspondencia, se casaron en 1920, marcando el inicio de una de las parejas más célebres y complicadas de la literatura americana.
La pareja se trasladó a Nueva York, donde rápidamente se convirtieron en el alma de la vida social de la ciudad. Zelda se convirtió en la musa de Scott, inspirando a personajes femeninos en sus novelas, como Daisy Buchanan en "El Gran Gatsby". Tras la publicación de la biografía que sobre Zelda escribió Nancy Milford en los años 70, quedó probado que muchas de las brillantes páginas y chispeantes diálogos del autor de El Gran Gatsby tenían su origen en los diarios de Zelda. Como quién dice Scott Fitzgerald se fusiló vilmente fragmentos completos de los diarios de su esposa, sin darle crédito algo, bueno lo que sí hacia era desacreditarla constantemente y minimizar sus escritos u obras.
La Relación Tóxica y la Apropiación del Talento de Zelda
La relación entre Zelda y Scott era intensa y a menudo destructiva. Mientras Scott se establecía como uno de los grandes novelistas de su tiempo, Zelda luchaba por encontrar su propia voz artística. Escribió relatos y ensayos, y su novela "Save Me the Waltz" (1932) es una obra semiautobiográfica que refleja sus propias experiencias. No obstante, Scott criticó duramente su trabajo, acusándola de robar material de su vida en común, cuando él mismo había basado gran parte de su obra en su tumultuosa relación.
Esta primera obra de Zelda fue escrita durante su primera estancia en un hospital psiquiátrico, Scott se molestó porque parte de lo que ella contaba él iba a utilizarlo en "Suave es la noche". La presión que él ejerció sobre ella fue tan fuerte que se vió obligada a re escribir los pasajes que interferían con la novela de él. "Reservame el vals" salió a librerías en 1932 y fue un rotundo fracaso. Sin embargo, "Suave es la noche" de 1934 es una de las novelas del canon literario estadounidense.
La lucha por la autoría y el reconocimiento fue una constante en la vida de Zelda. Scott, en su búsqueda de éxito literario, a menudo minimizó los talentos de Zelda y se apropió de sus ideas, relegándola al papel de esposa y musa en lugar de reconocerla como una artista por derecho propio.
A finales de la década de 1920, la salud mental de Zelda comenzó a deteriorarse. Fue diagnosticada con esquizofrenia y pasó largos periodos en clínicas psiquiátricas. A pesar de sus problemas, Zelda continuó creando arte. Pintó y escribió, tratando de dar sentido a su vida y sus experiencias. Sus pinturas, llenas de color y vitalidad, reflejan tanto su sufrimiento como su deseo de libertad y autoexpresión.
Zelda Fitzgerald murió trágicamente en un incendio en el Hospital Highland en 1948, pero su legado perdura. Hoy en día, es reconocida no solo como la esposa de un famoso escritor, sino como una artista con una voz propia. Su vida y obra siguen siendo objeto de estudio y admiración, simbolizando la lucha por la identidad y la creatividad en una sociedad que a menudo no sabía como valorar a las mujeres talentosas.
Queridas lectoras, recordemos a Zelda Fitzgerald no solo por su belleza y su relación con Scott, sino como una mujer que luchó por ser escuchada y valorada en su propio derecho. Su historia es un poderoso recordatorio de la importancia de reconocer y celebrar el talento femenino en todas sus formas.
Si te interesa conocer más sobre mujeres influyentes en la historia del arte, te invitamos a inscribirte en nuestro curso gabado "Los Usurpadores del Arte". Descubre las vidas y obras de mujeres que, como Zelda, dejaron una marca indeleble en la historia.
¡Hasta la próxima, queridas lectoras!
Silvana Gesualdo