Hoy les traigo un viaje fascinante a través de la historia del Museo Nacional de Arte (MUNAL), un emblema cultural y artístico de México. El MUNAL no solo es un recinto que alberga impresionantes colecciones de arte, sino también un testimonio vivo de la transformación museológica, arquitectónica y social de nuestra nación. Acompáñenme a descubrir su historia desde sus inicios hasta su inauguración como museo el 23 de julio de 1982.
Todo comenzó en el siglo XVII, cuando la Compañía de Jesús, enfrentando la lejanía del pueblo de Tepotzotlán, solicitó permiso al rey para establecer un colegio auxiliar en la Ciudad de México. Este permiso fue concedido el 13 de junio de 1615 en Valladolid. La edificación del nuevo colegio se completó en 1695, reabriendo sus puertas bajo el nombre de San Andrés en honor al fundador jesuita.
El Colegio de San Andrés desempeñó un papel crucial durante la epidemia de viruela de 1779, que afectó a más de 44 mil personas. El colegio fue adaptado para convertirse en el Hospital de San Andrés, con 400 camas y el equipo necesario para atender a los enfermos, contando con la asistencia de sacerdotes, médicos y cirujanos. En 1783, tras la pandemia, el arzobispo Alonso Núñez de Haro y Peralta logró que el colegio fuera convertido en el Hospital General de San Andrés, el último de su tipo en la Nueva España. En la capilla del hospital fue llevado el cuerpo de Maximiliano de Hasburgo en 1867 donde fue embalsamado.
Más de cien años después, en pleno siglo XX, el hospital fue trasladado a la colonia Doctores en 1905 debido a preocupaciones sobre la salubridad pública del centro de la ciudad. En su lugar, se construyó el Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas, actual sede del MUNAL. Este proyecto, impulsado por el régimen porfiriano como parte de un proceso de modernización, reflejaba la estabilidad y bienestar económico de la época, pero bueno esa es otra historia.
El edificio fue diseñado por el arquitecto italiano Silvio Contri, quien importó tecnología y materiales de Nueva York, Italia y Francia. La cantera utilizada para la fachada provino de San Martín Xaltocan, Tlaxcala. El estilo ecléctico del edificio combina elementos arquitectónicos y decorativos de diversas épocas, predominando influencias neoclásicas y renacentistas. Destacan especialmente el salón de recepciones y el patio central.
Los detalles decorativos, como la herrería, los muebles, pinturas, cristales, puertas y estucos, fueron obra del artista Mariano Coppedé y su familia, incluyendo la pintura al temple del plafón de la escalera principal. El edificio fue inaugurado en 1912 y albergó la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas hasta 1954.
Tras la mudanza de la Secretaría, el edificio sirvió como sede del Archivo General de la Nación y oficinas de la Secretaría de Gobernación hasta 1982. Fue entonces cuando, por decreto del presidente José López Portillo, se inauguró el Museo Nacional de Arte el 23 de julio de 1982. El MUNAL se constituyó con una colección inicial de 1124 obras provenientes de diversas instituciones, como el Museo Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de San Carlos, la Pinacoteca Virreinal de San Diego, entre otras. En 1979 llegó el famonoso Caballito de Tolsá (la estatua ecuestre de Carlos IV) a engalanar la plaza frente al museo.
Desde su inauguración, el MUNAL ha incrementado notablemente su acervo, gracias a acciones de adjudicación, adquisición y donación promovidas por el museo y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Actualmente, el museo resguarda cerca de 3,769 piezas, posicionándose como la colección pública de arte mexicano más importante del país.
Queridas lectoras, las invito a celebrar y visitar este magnífico museo que no solo nos ofrece un viaje por la historia del arte mexicano, sino que también es un testimonio de la rica herencia cultural y arquitectónica de nuestro país. ¡No se lo pierdan!
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Espero que hayan disfrutado de esta travesía histórica. ¡Hasta la próxima!
Con cariño,
Silvana Gesualdo
Ciudad de México a 23 de julio de 2024
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