Queridas Lectoras,
¿Te imaginas ser una mujer escultora en una época donde las mujeres no podían dedicarse a las artes? Esta es la historia de Lola Mora, una extraordinaria escultora argentina que rompió barreras y desafió los estereotipos de su tiempo.
Dolores Candelaria Mora Vega, más conocida como Lola Mora, nació el 17 de noviembre de 1866 en Tucumán, Argentina. En su infancia, nadie podía prever que esta niña huérfana a los 18 años se convertiría en una figura icónica del arte y la lucha por la igualdad de género. A los 20 años, comenzó a tomar clases de dibujo y pintura, destacándose rápidamente en el ámbito local.
En 1896, apenas antes de cumplir los 30 años, el gobierno argentino le otorgó una beca para perfeccionarse en Europa. Fue en Roma donde Lola Mora encontró su verdadera vocación en la escultura. Instalada en su taller, se codeó con los artistas más renombrados de la época y su obra empezó a ganar reconocimiento internacional.
El quiebre en su carrera llegó en 1900, cuando su autorretrato en mármol de Carrara ganó una medalla de oro en la Exposición Universal de París. A su regreso a Argentina, recibió el encargo de crear la monumental 'Fuente de las Nereidas'. Esta obra, una alegoría del mito griego del nacimiento de Afrodita, causó un gran escándalo entre los sectores conservadores de la sociedad debido a los desnudos que presentaba. La Fuente de las Nereidas fue inaugurada el 21 de mayo de 1903 y, a pesar de las críticas, consagró a Lola Mora como una de las artistas más importantes de su tiempo. Sin embargo, la presión moralista llevó a que la fuente fuera trasladada en 1917 a la Avenida Costanera Sur, donde aún se encuentra.
Lola Mora no solo se destacó en la escultura. Fue una pionera en el urbanismo y en proyectos tecnológicos. Propuso el primer proyecto de subterráneo y galería subfluvial de Argentina y desarrolló varias patentes, aunque muchos de sus proyectos no lograron concretarse debido a la falta de fondos y apoyos.
A pesar de su éxito profesional, la vida personal de Lola Mora estuvo marcada por la controversia y las dificultades. Se casó a los 42 años con un hombre 17 años menor que ella, lo que generó revuelo social, y su matrimonio terminó en separación pocos años después. En la década de 1920, excluida de los proyectos artísticos de inversión pública debido a sus conexiones políticas, abandonó la escultura.
Lola Mora falleció el 7 de junio de 1936, a los 69 años, después de sufrir un derrame cerebral. Murió en la pobreza, pero su legado perdura. Hoy, el 17 de noviembre se celebra en Argentina como el Día de la Escultura y el Arte Plástico en su honor, y los premios Lola Mora reconocen a aquellos que rompen con los estereotipos de género en las artes, el periodismo y la publicidad.
Lola Mora demostró ser una luchadora incansable en una época en la que dedicarse a las artes era casi imposible para una mujer. Su vida y obra no solo llaman la atención por su calidad artística, sino también por su valentía y determinación en romper barreras. Su historia nos invita a reflexionar sobre los desafíos que enfrentó y a celebrar sus logros.
Invito a todos a descubrir más sobre esta increíble mujer, a explorar sus obras y a comentar sobre cómo su legado sigue inspirándonos hoy. ¿Qué opinas de su historia? ¿Conoces más detalles de su vida o su obra? ¡Déjanos tus comentarios y continuemos la conversación sobre esta pionera del arte y la igualdad de género!
Abrazos,
Silvana Gesualdo
Ciudad de México a 7 de junio de 2024
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